19 septiembre, 2010

Sábado

Me levanté temprano y anduve descalza por los corredores: bajé a los jardines y besé las plantas. Absorbí los vahos limpios de la tierra, tirada en la grama; me bañé en la fuente que verdes achiras circundan. Más tarde, mojados de agua peiné mis cabellos. Perfumé las manos con zumo oloroso de diamelas. Garzas quisquillosas, finas, de mi falda hurtaron doradas migajas. Luego puse traje de clarín más leve que la misma gasa. De un salto ligero llevé hasta el vestíbulo mi sillón de paja. Fijos en la verja mis ojos quedaron, fijos en la verja. El reloj me dijo: diez de la mañana. Adentro un sonido de loza y cristales: comedor en sombra; manos que aprestaban manteles. Afuera, sol como no he visto sobre el mármol blanco de la escalinata. Fijos en la verja siguieron mis ojos, fijos. Te esperaba.


-Alfonsina Storni-

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